Love Of Lesbian en el Teatre Principal d’Inca (Mallorca Live Nights)

El pasado 24 de mayo, el Teatre Principal d’Inca se convirtió en el epicentro emocional de la isla. Love of Lesbian, en su formato más íntimo —Santi Balmes, Julián Saldarriaga y Dani Ferrer—, ofrecieron un concierto acústico que cerró por todo lo alto la quinta edición del ciclo Mallorca Live Nights.

Con todas las entradas vendidas desde hacía semanas, quedaba clara la expectación por ver a Balmes y compañía en un formato alejado del habitual de los grandes escenarios. Un público entregado desde que empezó a sonar la marcha imperial de Star Wars, pasadas las nueve de la noche, con la que Saldarriaga bromeaba: «Nos encanta empezar con esta pieza, porque nos recuerda que los malos siempre visten de blanco», en clara referencia futbolera al Real Madrid, arrancando las primeras carcajadas de la noche. Siguieron algunas bromas y chanzas hasta que Balmes sentenció: «Bueno habéis venido aquí a escuchar un concierto de música tranquila, así que vamos con ello».

Y es que, más allá del repertorio, el espectáculo se movió en esa frontera tan suya entre el concierto y el stand-up comedy, con guiños, intimidades y comentarios que conectaron con un público completamente entregado. Durante algo más de hora y media, la música convivió con la ironía, la autocrítica y la teatralidad.

Un bingo musical y versiones «pervertidas»

Después de los tres primeros temas, la banda lanzó un original y caótico bingo para decidir el orden del repertorio: los asistentes gritaban números al azar y, si coincidían con los asignados por los músicos en su setlist, sonaba esa canción. A no ser, claro, que Santi Balmes se opusiera, como ocurrió con «Incendios de nieve», que debía ser la cuarta de la noche, pero para la que hubo que esperar un poco más.

Se encendieron las luces, una parte del público comenzó a marcharse… pero el grueso de la sala permaneció firme, coreando y aplaudiendo durante varios minutos. Un gesto que provocó el regreso del trío al escenario…

Uno de los momentos más sorprendentes llegó con «John Boy». Saldarriaga advirtió que en este formato de trío disfrutaban de «pervertir» el tema, y así fue: la canción se transformó en un tango decadente, solo con piano y voz, y con Balmes interpretando su papel con un marcado acento argentino y ademanes de maestro de ceremonias burlesco. Ante esta actuación no fueron pocas las carcajadas y los aplausos, aunque no todos se rindieron ante el cambio: al terminar, alguien gritó desde las butacas «¡Ahora cántala normal!», provocando nuevas risas en la sala.

Durante el concierto desfilaron temas bandera de la banda, como «1999», «La niña imantada» o «Segundo asalto», junto a otros sacados directamente del baúl de los recuerdos: como una «Cuestiones de familia» que llevaba años sin aparecer por su repertorio  —»llevamos ni sé cuánto tiempo sin tocarla en directo», comentó Balmes—. También tuvieron cabida las nuevas composiciones de Ejército de Salvación (Warner Music Spain, 2024), su último trabajo hasta la fecha, con temas como «¿Qué vas a saber?», que pese a su corta vida fue cantada a pleno pulmón por gran parte de la platea.

Cuando Balmes anunció con humor que solo quedaban «dos canciones más porque nos cierran el restaurante para cenar», parecía claro que el final se acercaba. Interpretaron entonces «Allí donde solíamos gritar» y «La Hermandad», abandonando el escenario entre aplausos. Se encendieron las luces, una parte del público comenzó a marcharse… pero el grueso de la sala permaneció firme, coreando y aplaudiendo durante varios minutos.

Un gesto que provocó el regreso del trío al escenario donde, tras consultar con el técnico de sonido si era posible volver a conectar los monitores, tocaron «Me Amo» con la sala completamente iluminada y el público en pie. Un broche festivo, honesto y espontáneo que puso el verdadero punto final a una noche para el recuerdo.